Durante este periodo el gato y el búho se acostumbraron a la compañía mutua. Cuando el búho se recuperó empezó a salir del inmueble —sobre todo en las noches, para cazar— pero regresaba a dormir en el día. Chris adoptó otro búho lesionado, que alimenta el búho que ya pueda moverse libremente.
Para la sorpresa de Chris un día el búho regresó con una rata, la cual quiso compartir con su amigo felino —aunque a este no le gustan las ratas— en una conmovedora muestra de amistad entre especies generalmente poco amables entre sí (el búho, en cambio, no permitió a los otros gatos que se le acercaran).
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